jueves, 9 de mayo de 2024

Escritoras que firmaban con seudónimo masculino - 8 Marzo 2024

 Cartel realizado por Hugo Gª Redondo, antiguo alumno del colegio


Es muy común que algunos escritores, por distintos motivos, firmen sus libros bajo otro nombre. Sin embargo, en el caso de las mujeres, el uso de un seudónimo ha sido a lo largo de la historia más una imposición o una necesidad, que una elección.

Numerosas mujeres que tuvieron la audacia de escribir cuando ésta era una actividad intelectual reservada a los hombres, se han visto obligadas, a lo largo de la historia, especialmente entre el siglo XVIII y XIX, a esconder la autoría de sus obras para desarrollar  su vocación, pues si publicaban bajo su propio nombre estaban expuestas a numerosas críticas ya que estaban extrapolando el papel asignado para ellas o, directamente, sus obras se ignoraban o se desechaban.

Para evitar esta situación, las escritoras tenían dos opciones: el anonimato o firmar bajo un seudónimo masculino, puesto que no querían exponerse públicamente.

Y es que hubo un tiempo en el que las mujeres ni escribían, ni leían, quizá por temor de los hombres a que pensaran. La literatura era un terreno reservado a ellos y de ellas sólo se esperaba que tuvieran hijos, atendieran las tareas del hogar y obedecieran dócilmente pues en aquella época, una mujer que fuera activa intelectualmente estaba cometiendo una transgresión enorme.

A pesar de todas las trabas y las imposiciones irracionales a las que se vieron sometidas, muchas gloriosas rebeldes se las ingeniaron para ejercer su derecho a decir todo aquello que imaginaban u opinaban y hacerlo a pluma armada. Había muchas restricciones y expectativas sociales en relación a las mujeres, sobre la forma en que debían escribir y los temas sobre los que podrían hablar, y además era muy común que críticos y lectores asumieran que sus libros eran siempre autobiográficos. Por eso, si hubiera algún elemento sexual cuestionable en las novelas, o considerado poco apropiado para una dama de la sociedad, ellas serían juzgadas. El pseudónimo era también una manera de proteger la vida personal. Por ello, la "sensación de libertad" también era un factor que llevaba a las escritoras a publicar con alias.

Disfrazar sus peligrosas feminidades bajo un seudónimo o el mismo anonimato, son algunas de las herramientas que emplearon un gran número de escritoras para hacer llegar sus voces y sus letras al público y evitar, así, que sus historias fueran consideradas historias menores.

Sin embargo, muy tristemente, el fenómeno no ha desaparecido completamente en la actualidad.


     Aquí os vamos a presentar algunas de estas valerosas mujeres sobre las que hemos aprendido mucho en nuestro colegio:


     María Juana Rosa Andresa Casamayor de La Coma (Zaragoza, 30 de noviembre de 1720 -Ibidem, 23 de octubre de 1780) fue una matemática, escritora y maestra de niñas española que destacó en el manejo de los números y en la aritmética, áreas que en aquella época eran habituales de hombres y no de mujeres. Es la única científica española del siglo XVIII de la cual se conserva su obra por lo cual el «Tyrocinio aritmético, instrucción de las quatro reglas llanas…» es el primer manual científico escrito por una mujer en España. […] La autora firma con un seudónimo masculino, Casandro Mamés de La Marca y Araioa. Esta firma es un perfecto anagrama, mismas letras en diferente orden, de su nombre María Andresa Casamayor de La Coma.



     Fernán Caballero es el pseudónimo utilizado por la escritora y folclorista española Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea (Morges, Cantón de Vaud, Suiza, 25 de diciembre de 1796-Sevilla, España, 7 de abril de 1877). Cultivó un pintoresquismo de carácter costumbrista y su obra se distingue por la defensa de las virtudes tradicionales, la monarquía y el catolicismo. Su pensamiento se inscribe dentro del regeneracionismo católico de la época, influido por las ideas de su padre, el hispanófilo alemán Juan Nicolás Böhl de Faber, introductor en España del romanticismo historicista alemán de Herder y los hermanos August y Friedrich Schlegel.



     Carmen de Burgos y Seguí (Almería, 10 de diciembre de 1867-Madrid, 9 de octubre de 1932) fue una periodista, escritora, traductora y activista de los derechos de la mujer española perteneciente a la Edad de Plata. Conocida como Colombine, también firmó con otros seudónimos como Gabriel Luna, Perico el de los Palotes, Raquel, Honorine o Marianela. Perteneció a la generación del 98 y se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua castellana por su condición de redactora del madrileño Diario Universal. También está considerada como la primera corresponsal de guerra.


     Caterina Albert i Paradís (La Escala, 1869-1966), más conocida por el seudónimo Víctor Català, fue una escritora española en catalán, conocida sobre todo por su novela «Solitud» (1905). Escribió otra novela, «Un filme, 3000 metres», y muchas recopilaciones de cuentos: «Drames rurals» (1902), «Caires vius» (1907), «Contrallums» (1930) o «Jubileu» (1951). También cultivó la poesía, el teatro, el cine, el deporte, la pintura, el baile… Aunque nunca vio reflejado ninguno de ellos. 


     María de la O Lejárraga García (San Millán de la Cogolla, La Rioja, 28 de diciembre de 1874 – Buenos Aires, 28 de junio de 1974) fue una novelista, ensayista, traductora, dramaturga, maestra y feminista española. También conocida como María Martínez Sierra, seudónimo que adoptó a partir de los apellidos de su marido, Gregorio Martínez Sierra, bajo cuyo nombre escribió gran parte de su obra. Para la ideología de la época, era escandaloso compartir la profesión de maestra con la condición de escritora, esta una de las razones por las cuales sus libros llevan la firma del esposo.

    De tal forma, este productor teatral consiguió la fama como dramaturgo, cuando la realidad era que las obras de teatro, novelas y cuentos salían de la pluma de su mujer. El más importante de los libretos que escribió corresponde a una de las obras musicales más destacadas del compositor Manuel de Falla: El Amor Brujo.

     Entre sus obras de teatro, Canción de cuna ha sido traducida a varios idiomas y llevada al cine en cuatro ocasiones.



     María Luz Morales Godoy (A Coruña, 1889 – Barcelona, 1980) fue una periodista pionera del periodismo cultural y escritora española del siglo XX. Fue la primera mujer en España directora de un diario nacional, La Vanguardia, que dirigió entre 1936 y 1937, al inicio de la Guerra Civil Española. Está considerada una referencia de la incorporación de la mujer a la actividad periodística y literaria en la España del siglo XX. […] En 1940 acusada de ser la directora del diario durante la guerra y de pertenecer al Partido Galeguista, María Luz Morales fue encarcelada durante 40 días en el convento de Sarriá barcelonés. Durante ese período, del cual siempre se negó a hablar, escribió varias novelas que firmó con los seudónimos de Ariel y Jorge Marineda. Publicó una de las primeras historias del cine en castellano y colaboró con la Editorial Araluce en la adaptación de varios clásicos para el público infantil dirigiendo la colección «Las obras maestras al alcance de los niños».



     Francisca Cristina Sáenz de Tejada y Ortí (Andújar, 28 de julio de 1896 – Madrid, 18 de octubre de 1974), que utilizó el seudónimo de Gracián Quijano y en menor medida el de El Padre Pareja, fue una escritora y poeta española, que desarrolló una prolífica obra en la década de los 40 y 50.



     María del Carmen Gutiérrez Sánchez, más conocida como Carmela Gutiérrez de Gambra (1921 – Madrid, 31 de julio de 1984), fue una profesora y escritora española, autora de más de 40 novelas, principalmente novelas rosas bajo los seudónimos de Miguel Arazuri, André Ronsac, Clara San Miguel, Alice Norton y Enid Colman entre 1948 y 1971.


     Jane Austen (Steventon, 16 de diciembre de 1775-Winchester, 18 de julio de 1817) fue una novelista británica que vivió durante la época georgiana y retrató la realidad de las mujeres de clase media a principios del siglo XIX. Escribió seis novelas de las que publicó cuatro durante su vida y el resto de sus trabajos llegaron al público de forma póstuma.La ironía que empleaba para dotar de comicidad a sus novelas hace que Jane Austen sea considerada entre los clásicos de la novela inglesa, a la vez que su recepción va, incluso en la actualidad, más allá del interés académico, siendo sus obras leídas por un público más amplio.

     Su primer libro “Sentido y Sensibilidad” se publicó en 1811 y apareció firmado “Por una dama”, “By a lady” y los que publicó a continuación “La autora de Sentido y Sensibilidad”. A pesar de tener que usar un seudónimo para publicar su libro, eligió un nombre que en realidad reafirmaba su condición femenina, en el que englobaba a todas aquellas mujeres que lucharon y reivindicaron su propio protagonismo en el mundo de los libros.


     Mary Wollstonecraft Shelley  (Londres, 30 de agosto de 1797-Londres, 1 de febrero de 1851), hija de la filósofa feminista Mary Wollstonecraft, fue una escritora, dramaturga, ensayista y biógrafa británica reconocida principalmente por ser la autora de la novela gótica Frankenstein o el moderno Prometeo (1818),  considerada la primera novela de ciencia ficción moderna y que logra inaugurar el género. Este relato significó el nacimiento de una de las criaturas más importantes del universo de terror y que aún hoy en día sigue siendo parte de nuestro imaginario colectivo. 

     El nacimiento de este personaje no es menos interesante. Era mayo de 1816 cuando Mary Shelley veraneaba en Villa Diodati, junto al lago Ginebra, en compañía del poeta Lord Byron, el joven médico John Polidori y su futuro esposo, el poeta Percy Shelley. Una noche decidieron hacer una competición de historias terroríficas y de la pluma de Mary Shelley salió la criatura que hoy todos conocemos: Frankenstein. 

     El relato nacía de un sueño que la escritora había tenido la noche anterior y que decidió aprovechar para ganar el reto literario. Después lo publicó bajo autoría anónima. La sociedad de aquel entonces dio por hecho que un relato tan terrorífico no podía haber sido escrito por Mary, sino que tenía que ser la pluma de su esposo Percy Shelley la que se encontraba tras aquel relato horrendo.  



     Figura clave del romanticismo francés, periodista y revolucionaria, Amantine Aurore Dupin (París, 1 de julio de 1804-Nohant, 8 de junio de 1876), fue una de las primeras mujeres que recurrió a un nombre masculino para dar a conocer sus obras literarias. Su primera novela, Rosa y Blanca, fue escrita junto a su amante Jules Sandeau, de quien adquirió el apellido para su seudónimo. Tras terminar su relación, Amantine escribe su primera obra en solitario, Indiana, que firmó como George Sand. Bajo este nombre también se publicaron obras como ValentineUn invierno en Mallorca o La pequeña Fadette.

     Dedicarse a la literatura no fue el único acto de rebeldía contra los estereotipos de género de la época, pues Amantine comenzó a utilizar en público ropajes masculinos —eran prendas de más calidad y le permitían desplazarse más fácilmente por París—, además de fumar y ser la protagonista de numerosos escándalos de carácter amoroso.


     Charlotte Brontë (Thornton, 1816 - Haworth, 1855) fue una escritora británica. Era la mayor de “las tres hermanas Brontë y la única que disfrutó de popularidad en vida gracias a Jane Eyre (1847), novela romántica gótica basada en experiencias autobiográficas, escrita con el seudónimo de Currer Bell y que la consagró en el mundo literario.

     Entres sus obras más destacadas se encuentran “Shirley” (1849), “Villette” (1853) y “El Profesor” (1857), que fue publicada dos años después de su muerte.


     Emily Jane Brontë (Thornton, 1818 - Haworth, 1848). Poetisa y narradora británica, autora de una única y extraordinaria novela que le dio celebridad, Cumbres borrascosas (1847), publicada bajo el pseudónimo de Ellis Bell y considerada una de las mejores narraciones en lengua inglesa y la obra maestra de la narrativa romántica victoriana, siendo comparada por su maestría con nada menos que la obra de Shakespeare. 


     Anne Brontë (Thornton, Yorkshire del Oeste; 17 de enero de 1820 - Scarborough, 28 de mayo de 1849) fue una novelista y poetisa británica, la más joven de la familia Brontë, autora de dos novelas que hoy son clásicas de la literatura inglesa: Agnes Grey y La inquilina de Wildfell Hall.

   Tanto sus novelas como sus poemas fueron publicados bajo el seudónimo Acton Bell, con el que desaparecieron las barreras de publicar como mujer.



     Louise May Alcott (Germantown, 1832 - Boston, 1888) Fue una novelista y educadora estadounidense muy conocida por sus libros para adolescentes, especialmente por sus ya clásicas novelas Mujercitas (1868) y Hombrecitos (1871).

     Ahora su nombre es muy conocido pero no todo fue sencillo. Louisa May Alcott, temiendo no ser tomada en serio si publicaba con su auténtico nombre, escribió sus primeras obras bajo el pseudónimo de A. M. Barnard.

     Con ese alias escribió cuentos y lo que en la época victoriana se conocía como “relatos melodramáticos”, historias protagonizadas por personas ambiciosas que no dudaban en usar la venganza para saldar sus deudas. Se trataba de textos con un punto de vista poco común, con una fineza literaria extraordinaria y que trataban temas poco usuales como el adulterio o el incesto. De hecho en su gran obra Mujercitas hace mención a los relatos melodramáticos y Alcott escribe: “pueden resultar peligrosos para mentes pequeñas”.

Después de haber escrito muchos relatos, de distintos tipos y con éxito más que notable, es interesante observar que la autora luchara por publicar su gran novela con su auténtico nombre, quizás intuyendo la trascendencia que Mujercitas tendría para su carrera. Y para la historia de la literatura, finalmente.


     Alice Bradley Sheldon (Chicago, Illinois, 24 de agosto de 1915- McLean, Virginia, 19 de mayo de 1987) fue una escritora estadounidense que usó el seudónimo James Tiptree, Jr. desde 1967 hasta su fallecimiento, veinte años después. También empleó la firma Racoona Sheldon entre 1974 y 1977. Tiptree/Sheldon fue reconocida por romper las barreras entre la percepción de una literatura exclusivamente masculina o femenina.

     Aunque fue una mujer (Mary Shelley) la que inició la novela de ciencia ficción, con los años este tipo de historia se relacionó exclusivamente con el género masculino. Por eso cuando Alice Bradley Sheldon decidió empezar a escribir historias sobre ese tema, lo hizo bajo el seudónimo de James Tiptree Jr porque, como explicó:

     Un nombre masculino me parecía una buena manera de camuflarme. Sentía que un hombre pasaría más desapercibido. Había tenido demasiadas experiencias en mi vida en ser la primera mujer en una ocupación determinada.

     Entre esas experiencias se encontraban su carrera en el Ejército de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, donde trabajó en el grupo de foto-inteligencia de las Fuerzas Aéreas e incluso la posibilidad de incorporarse a la CIA, que ella misma rechazó para estudiar en la universidad.

  Sus historias hablaban de temas relacionados con el género, entre ellas Houston, Houston, Do You Read?, que trata sobre un grupo de científicos que viajan a un planeta Tierra futuro en que todos los hombres han desaparecido, y las mujeres que han quedado atrás están subsistiendo solas sin ningún problema.

     Alice Bradley Sheldon pasó a formar parte póstumamente del “Science Fiction Hall of Fame” en el año 2012, esta vez con su nombre real.


     Joanne Rowling (Yate, 31 de julio de 1965), quien escribe bajo los seudónimos de J. K. Rowling​ y Robert Galbraith, es una escritora, productora de cine y guionista británica, conocida por ser la autora de la serie de libros Harry Potter, que han superado los quinientos millones de ejemplares vendidos.

     En los años 1990, escondió su primer nombre, Joanne, por sugerencia de la empresa que publicó sus historias sobre Harry Potter, para que los libros fueron leídos por los niños.

     Más tarde, para escapar de las expectativas en torno a su primera novela policial, Rowling también escogió un seudónimo masculino, Robert Galbraith para firmarla. No tardó mucho, sin embargo, en ser descubierta. El libro había vendido poco, pero recibió críticas tan positivas que levantó sospechas de que no era una novela de un nuevo autor. Tras la revelación, una primera edición de esa obra se vendió por más de US$3.500.


"Me aventuraría a suponer que "Anónimo", quien escribió tantos poemas sin firmar, era a menudo, una mujer", Virginia Woolf


     Ojalá llegue el día en que se valore a cada persona por su auténtica sabiduría y su habilidad en lugar de por su sexo.




viernes, 10 de marzo de 2023

Mujeres inventoras - 8 de Marzo de 2023

     


     Este año, para conmemorar el Día de las Mujeres, en nuestro colegio hemos investigado sobre 19 mujeres inventoras y los inventos que crearon los cuales han conseguido, entre otras cosas, mejorar nuestras vidas, hacerlas más agradables y facilitar algunos trabajos.

     Cada grupo del colegio ha realizado una pequeña investigación sobre la mujer que se le asignó.

     El resultado de dicha investigación se debía plasmar en un póster o mural que contuviera los siguientes puntos:
      -. Pequeña nota biográfica de la inventora: nombre, fecha y lugar de nacimiento, formación/estudios, algún dato relevante sobre su vida
      -. En qué consiste el invento, fecha de creación y su uso actual
      -. Motivo por el cual cada mujer decidió crear este invento

     Sin embargo, en el caso de muchas mujeres no ha sido posible completar todos los datos porque no existen registros biográficos sobre ellas. De algunas, se sabe que crearon dicho invento porque, afortunadamente, lo patentaron pero ni tan siquiera hay fotos o conocimiento de quiénes eran, a qué se dedicaban o dónde vivían, como ocurre con Sarah Mather, inventora del periscopio.

     Los trabajos realizados se han expuesto en los pasillos de la planta baja del edificio principal del Centro y desde el día 8 de Marzo puede visitarse dicha exposición que ya han recorrido todos los grupos. 

     Aquí os dejamos las fotos de dicha exposición y algunos datos sobre ellas:



      Sobre su invento, Sarah Mather, nacida en Nueva York en 1796, escribió en su patente: “La naturaleza de mi invención consiste en la construcción de un tubo con una lámpara unida a un extremo del mismo que puede ser hundido en el agua para iluminar objetos con el mismo, y un telescopio para ver dichos objetos y hacer exámenes bajo el agua…”



       Nancy Maria Donaldson Johnson fue una inventora estadounidense que desarrolló una máquina para hacer helados de accionamiento manual. Obtuvo la primera patente en Estados Unidos en 1843.
     Johnson inventó una batidora de helado manual para resolver el problema de la gran cantidad de tiempo que se empleaba para hacerlo. La heladora redujo significativamente los tiempos y logró que la elaboración fuera más sencilla que a mano.



     Mary Anderson fue una promotora inmobiliaria, ranchera y viticultora estadounidense. Inventó el limpiaparabrisas, concédosele su primera patente para un dispositivo de limpieza de parabrisas controlado desde el interior del vehículo en noviembre de 1903.


    
      Florence Lawrence fue una inventora y actriz canadiense.
     Lawrence inventó el primer indicador de cambio de dirección para coches. Se trataba de un dispositivo conectado al guardabarros trasero del coche. Cuando el conductor pulsaba un botón, un brazo subía o bajaba una señal indicando la dirección de giro del coche. Seguido a esto desarrolló una señal de freno en la que un brazo con una señal en la que ponía STOP se desplegaba cuando el conductor pisaba el pedal de freno. Pero estos inventos no fueron patentados y fueron desarrollados por las empresas del automóvil de aquella época. "Un coche para mí es algo que es casi humano, algo que responde a la amabilidad, la comprensión y el cuidado, al igual que la gente", decía.



     Alice H. Parker fue una inventora americana conocida porque inventó una caldera que proporcionaba calefacción central para edificios y casas enteros, que fue patentada el 23 de diciembre de 1919.

     Su caldera era diferente de otros hornos de aquel momento y supuso un gran avance por ser más seguro que quemar leña ya que ayudó a que no se tuviera que almacenar y quemar madera en un horno tradicional. El diseño tenía conductos de aire que permitían al calor esparcirse por toda la estructura. La invención de Parker incluía un sistema de quemado múltiple y usaba gas natural. Lo que hizo a esta caldera única fue ser precursora de la calefacción por zonas, donde la temperatura podía ser ajustada en diferentes áreas de un edificio.



     Bette Nesmith Graham fue una diseñadora industrial y mecanográfa estadounidense, inventora del corrector líquido Liquid Paper.

     Con la aparición de las primeras máquinas de escribir eléctricas, era difícil corregir los errores mecanográficos, lo que causaba continuos problemas a las secretarias. Nesmith que, para ganar un dinero extra pintaba escaparates navideños en el banco en el que trabajaba, se dio cuenta de que: «cuando un artista está rotulando, nunca corrige sus errores borrando, sino que siempre pinta encima del error. Así que decidí usar lo que los artistas usan. Puse un poco de pintura al agua en una botella, tomé un pincel de acuarelas y lo llevé a la oficina. Utilicé eso para corregir mis errores».

     Nesmith usó en secreto durante cinco años su corrector blanco, realizando algunas mejoras con la ayuda del profesor de química de su hijo en la Thomas Jefferson High School de Dallas. Algunos jefes la amonestaron por ello, pero sus compañeras buscaban a menudo su «repintador». Finalmente, en 1956, comenzó a comercializar su corrector de máquina de escribir con el nombre de Mistake Out (Fuera Errores). Más tarde cambió el nombre a Liquid Paper, cuando puso en marcha su propia empresa.




      Maria E. Beasleyfue una empresaria emprendedora e inventora estadounidense. Posee quince patentes diferentes en los Estados Unidos y dos en Gran Bretaña.

     Es conocida por sus inventos, como las máquinas para fabricar barriles y dos modelos de bote salvavidas mejorados, usados entre otros por el Titanic. 

   También creó calentadores de pies, sartenes, dispositivos antidescarrilamiento para trenes y otros inventos




     Amanda Jones fue una poeta inventora estadounidense, profesora y activista por los derechos de las mujeres,​ conocida por la invención de un método de vacío para el envasado alimentario, llamado proceso de Jones.



     Florence Parpart fue una inventora estadounidense.Vivió la mayor parte de su vida en Nueva York y Filadelfia, donde tuvo una vida discreta de ama de casa hasta que en 1904, obtuvo su primera patente de una máquina de barrer industrial que mejoraba la de Eureka Frazer Brown.​ En 1893, cuando Florence Parpart paseaba, fue ensuciada por la máquina de Frazer, lo que la impulsó a desarrollar su máquina de limpieza industrial. La mejora permitió un uso más amplio y dos años más tarde, Parpart vendió la innovación en varias ciudades de Estados Unidos.

     En 1914 obtuvo una patente de un refrigerador eléctrico que dejó obsoletas las cajas de hielo que se usaban hasta entonces y que supuso un cambio total no solo en la forma de conservar los alimentos, sino también de cocinarlos. 

     En un principio, no creían que el invento fuera suyo sino de su marido.

    Asistiendo a ferias comerciales y desarrollando sus propias campañas publicitarias logró comercializar sus neveras con bastante éxito por todo el país.




    Sarah Maria Beach, conocida como Sarah Guppy, fue una inventora británica que contribuyó al diseño de infraestructuras en Gran Bretaña. 
     En 1811 fue la primera mujer que patentó un puente, antecedente de la construcción del puente colgante de Clifton en Bristol, y desarrolló varios productos de uso doméstico.
     ​ Fue una pionera en la lucha para que las mujeres pudieran acceder a la educación, y simplemente con su propia asistencia a clase y su esfuerzo personal ayudó a dejar atrás numerosos prejuicios.
     Como las mujeres no podían registrar las patentes con su nombre, debía realizarlo su esposo,​ por lo cual, en nombre de la familia Guppy se registraron diez patentes en la primera mitad del siglo XIX, incluyendo un método para mantener a los barcos libres de crustáceos. Otras invenciones incluyeron una cama con equipo de ejercicio incorporado, un dispositivo para un té o café que cocinaría los huevos en el vapor, un pequeño plato para mantener el pan tostado y un dispositivo para "mejoras en el calafateo de barcos, botes y otros buques".
     Además inventó la campana extractora, el sistema de rociadores contra incendios y patentó un nuevo tipo de candelabro que permitió que las velas duraran más tiempo.




    Lillian Moller Gilbreth fue una ingeniera y psicóloga estadounidense, cuyos trabajos se desarrollaron principalmente en el área de ingeniería industrial. 
     Fue una de las primeras mujeres ingenieras que obtuvo un doctorado, y, posiblemente, la primera verdadera psicóloga industrial/organizacional.
     Tuvo 6 hijas y 6 hijos. Por este motivo, Lillian Gilbreth tenía una gran preocupación por que la labor de las mujeres en las casas se gestionara de la forma más eficaz para que no tuvieran que renunciar a tener una carrera laboral y se pudieran realizar también fuera del hogar. Buscaba "proporcionar a las mujeres maneras más cortas, simples y sencillas de realizar el trabajo doméstico permitiendo así que puedan buscar trabajos remunerados fuera de casa". 
     Gilbreth analizó en detalle la configuración de las cocinas de su época, y las renovó totalmente para optimizar el tiempo empleado en ellas.
     Algunas de sus aportaciones fueron cruciales en su momento, como el añadido de un pedal al cubo de basura o de estanterías en la puerta del frigorífico para tener más a mano los productos de mayor uso.



       Josephine Garis Cochrane  fue una inventora​ estadounidense
      Inventó el primer lavavajillas comercialmente exitoso.
     Tras quedarse viuda y prácticamente en la ruina, Cochrane, que pertenecía a la clase alta, agudizó su ingenio hasta desarrollar en 1886 el primer modelo de lavavajillas realmente eficaz y útil de la historia.
    Cansada de que  su servidumbre rompiera las valiosas piezas de su vajilla al lavarla cada vez que celebraba una cena en casa, Cochrane pensó enfadada: "Si nadie más va a inventar una máquina lavavajillas, lo haré yo misma". 
   Y así, en 1886, construyó y patentó una máquina para lavar los platos de forma automática y evitar de este modo numerosos accidentes domésticos.



     Letitia Mumford Geer fue una enfermera estadounidense que inventó la jeringa que se puede utilizar con una sola mano. 

     En su solicitud de patente, presentada el 12 de febrero de 1896, adjuntó dibujos explicativos de su uso, dijo que era un dispositivo simple y barato y aclaró que se podía variar la forma hasta cierto punto pero sin eliminar el espíritu del invento.​ Asimismo, incluyó una descripción del mismo: “El operador inserta la boquilla en el recto y sujeta el cilindro colocando los dedos de la misma mano en el brazo rígido del mango. El mango está en una posición alejada del cilindro antes de inyectar el medicamento. La extensión evita que los dedos se deslicen del brazo rígido. El mango puede colocarse en una posición cercana al cilindro mientras se inyecta el medicamento con el uso de una mano, lo que permite al operador usar la jeringa sobre sí mismo sin la ayuda de un asistente“.

    La patente se concedió el 11 de abril de 1899. En aquella época tan solo el 1% de las patentes en Estados Unidos eran de mujeres.​ 

     El invento facilitó tanto la inyección de medicamentos o anestésicos en el cuerpo, como la extracción de humores para su análisis. 

     En cuanto a la técnica desarrollada, esta jeringa no ha podido ser superada ni mejorada.




     Nuestros ancestros no precisaron el uso del tenedor ya que antiguamente era común comer  cualquier alimento sólido con las manos o pinchando directamente con los afilados y bastos cuchillos, provocando éstos muchos accidentes y cortes involuntarios en la boca y encías.

     La aparición del tenedor, como utensilio de mesa, no tuvo lugar hasta finales del siglo XI en el que una delicada princesa bizantina, llamada Teodora Ana Ducaina se negó a tocar los alimentos que debía ingerir.

     Teodora Ana Ducaina mandó que se le fabricase algún tipo de artilugio con el que pinchar los alimentos y poder llevárselos a la boca sin tener que utilizar las manos ni el cuchillo para hacerlo. De ahí que apareciese un utensilio realizado de oro macizo (según explican algunas crónicas) y al que bautizaron con el nombre de fourchette (pincho) el cual estaba provisto de un par de púas.

     Al principio, el invento no tuvo mucho éxito, siendo denominado por la iglesia católica como ‘instrumento del diablo’,



     Sarah Babbitt,​ también conocida como Tabitha Babbitt, fue una creadora e inventora de herramientas estadounidense.

     Babbitt inventó la primera sierra circular que se utilizó en un aserradero en 1813. 

     Babbitt observaba cómo los hombres utilizaban la sierra de dos manos, difícil de manejar, y notó que la mitad del movimiento se desperdiciaba. 

    Propuso entonces crear una cuchilla redonda para aumentar la eficiencia. La sierra circular se conectó a una máquina hidráulica para reducir el esfuerzo de cortar madera.

     Babbitt también inventó un proceso para la fabricación de dientes postizos y una cabeza de rueca mejorada y, se cree que el clavo sin cabeza.

     No se tiene la certeza absoluta porque Babbitt nunca patentó ninguno de sus inventos.




     Ada Lovelace, fue una matemática y escritora británica, célebre sobre todo por su trabajo acerca de la computadora mecánica de uso general de Charles Babbage, la denominada máquina analítica
     Fue la primera en reconocer que la máquina tenía aplicaciones más allá del cálculo puro y en haber publicado lo que se reconoce hoy como el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina, por lo que se la considera como la primera programadora de ordenadores.



     Stephanie Kwolek ​fue una química polaco-estadounidense, inventora del poliparafenileno tereftalamida conocido como Kevlar®, una fibra de alta resistencia de color amarillo, que puede ser hasta cinco veces más resistente que el acero y que en la actualidad es utilizada en la elaboración de chalecos antibalas. 

     Descubrió la primera de una familia de fibras sintéticas de excepcional resistencia y rigidez: poli-parafenileno tereftalamida.



     Marion Donovan fue una inventora y empresaria estadounidense. Es conocida por la invención del pañal a prueba de agua.
     En 1946 se planteó el resolver el problema que tenían las mujeres de lavar y escaldar los pañales de sus bebés. Fabricó en esta primera fase de su invento, una cubierta impermeable del pañal, utilizando la tela de un paracaídas, un pañal de tela de nylon que no dejaba pasar el orín a la ropa, de manera que el niño no mojaba ni su vestimenta ni la ropa de la cuna.
     Debido al éxito de su invento, Donovan decidió mejorar su producto y siguió investigando e innovando en él tratando de encontrar mejores materiales, más aislantes (para evitar que se escaparan los orines) y al tiempo más protectores de la dermis de las criaturas.​ 
     Uno de los mayores inconvenientes que tuvo para introducir estas mejoras era que para realizarlas necesitaba que el pañal contara con varias capas de celulosa; para conseguirlo Donovan pidió ayuda a las fábricas papeleras de la época, pero no logró que le hicieran mucho caso, por lo que pasaron unos 10 años hasta que la compañía Procter & Gamble se interesó por el invento

​     Los pañales no fueron el único invento de Donovan sino que realizó bastantes más, como el hilo dental, la goma elástica que ayuda a cerrar el vestido o la jabonera que escurre el jabón.




     Beulah Louise Henry  fue una inventora estadounidense.

     Entre sus inventos más destacados se encuentran el mecanismo para que las muñecas pudieran cerrar y abris los ojos, la máquina de escribir, la máquina de coser sin bobinas y la máquina congeladora que permitía hacer helados más rápidamente y con un menor gasto de hielo.

     Durante su vida desarrolló un total de 49 patentes y 110 inventos.​

     Entre la lista parcial de inventos de Henry se incluyen los siguientes:

  • Máquina congeladora para hacer helados (1912)
  • Paraguas con varios colores (1924)
  • Rodillo de pelo (1925)
  • Bolsa para paragüas (1925)
  • Aparato para hacer deporte en el agua (1927)
  • Muñeca Poodle-Dog (1927)
  • Cobertor de pies (1927)
  • "Dolly Dips" esponjas infantiles rellenas con jabón (1929)
  • "Miss Illusion" muñeca con ojos que podían cambiar de color y cerrarse (1929)
  • Dispositivo Henry de sellado para artículos inflables (1930)
  • Válvula Henry para artículos inflables (1931)
  • " Protógrafo " - máquina para realizar cuatro copias de un documento mecanografiado (1932)
  • Máquina de escribir (1936)
  • Máquina de coser de puntada de cadena doble (1936)
  • Máquina de coser sin bobina (1940)
  • Dispositivo de Alimentación y Alineación (1940)
  • Costura y método de formar costuras (1941)
  • Aparato de costura (1941)
  • Máquina de escribir a máquina (1941)
  • Dispositivo para producir sonidos articulados (1941)
  • Duplex Sound Producer (1944)
  • Sobres continuamente unidos (1952)
  • Abrelatas (1956)
  • Sobre de correo directo y de retorno (1962)




     Por otro lado, la maestra de religión islámica del colegio. Meryem Lahjaji, ha dado a conocer en sus clases de 4º, 5º y 6º a Jokha Alharthi, escritora y profesora omaní y Halima Aden, modelo Somali-Americana conocida, entre otras cosas, por ser la primera mujer en llevar  hijab en eun desfile.




Escritoras que firmaban con seudónimo masculino - 8 Marzo 2024

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